El tiempo transcurría como lo había hecho durante mi existencia como vampiro, pero ahora todo en casa era un embrollo; por un lado estaban las chicas con su afán de planificar la boda con casi un año de anticipación y por el otro, lo que más me preocupaba, Edward parecía volverse más y más loco con cada día que pasaba; más de una vez lo había pillado por allí debatiendo con sigo mismo, siempre sobre el mismo tema, aunque él lo negase todo cada vez que hablábamos.
- De nuevo el instituto.- dijo Alice en un suspiro. Supongo que su intención era romper el aburrido silencio que reinaba en el auto.
- Sí.- dijimos todos en un tono vago, algunos asentimos con la cabeza.
Realmente cualquier intento de romper el hielo en ese auto era vano; todos íbamos sumidos en nuestros pensamientos; Rose tenía mi mano libre entre sus manos, como lo había hecho costumbre ya. En el asiento trasero del Jeep estaban los demás; la mejilla de Edward estaba pegada contra la ventanilla. El día era lluvioso y lo único que oía era el vaivén de los limpiaparabrisas.
Cuando llegamos al instituto la lluvia caía fuertemente sobre el estacionamiento, y los chicos humanos corrían a refugiarse en los edificios del instituto mientras que buscábamos un lugar para estacionar.
La mañana fue igual que todos los días en el instituto; aburrida, lenta y predecible. Durante la clase de literatura el profesor pasó un rato con una cháchara sobre Hamlet. Cuando me viré la mayoría de los chicos del salón estaban completamente distraídos, todos en su propio mundo. Hasta Rose que nunca se quejaba del instituto estaba en ese momento con la mejilla contra la potada de su cuaderno jugueteando con un mechón de su cabello y la mirada perdida.
Cuando sonó el timbre del almuerzo todos salieron a la carrera del salón; mientras que yo espere en la puerta a Jazz y Rose. Por primera vez desde que estaba en el instituto que no quería ir a la cafetería; ya mis nervios no soportaban esta locura en la que se había convertido todo.
Al entrar en la cafetería ya Alice y Edward estaba allí como de costumbre; pero había algo distinto, ellos estaban sentados en la mesa que solíamos ocupar riendo y charlando entre ellos. Al llegar nos saludaron alegremente y nos sentamos como de costumbre. Edward durante toda la hora de almuerzo estuvo callado y de vez en cuando respiraba muy profundo. Sus ojos estaban fijos en la mesa que ocupaba la humana con la quisquillosa de Jessica Stanley y el chico con demasiado fijador.
- ¡Ey Edward!- dije interrumpiendo su concentración.
- ¿Eh?- contestó él virándose para observarme.- ¿Si Emm?
- ¿Qué te sucede? ¡Pareces un acosador pervertido!- dije riendo por lo bajo. Él suspiro profundamente y un brillo malicioso saltó de sus ojos.
- Hoy hablaré con ella…- me dijo tan rápido que hasta a mi me costó entenderle. Lo mire con un poco de severidad.
- Ten cuidado Ed.- dije seriamente.- hazlo, pero con conciencia.-asintió sonriente.
- - ¡Ein! ¡Esto no significa que deje de pensar que botaste la canica!- bromeé golpeando su hombro.
Cuando sonó la campana que indicaba que la hora de almuerzo había terminado Edward se estremeció bruscamente.
- ¡caray Ed!- dije con la sorpresa aun en mi rostro.- de veras que nuca te vi así.- continué riendo en voz alta.
- Si… bueno… - dijo algo apenado.- es que todo este asunto me tiene un tanto nervioso.
- ¡Edward querido! ¿vamos?- interrumpió Alice con un brillo de emoción en los ojos. Ella me observó y sonrió con malicia.
Ed suspiro profundamente y camino hacia la puerta seguido de cerca por Alice.
1 comentarios:
Dioooooos Que Exito Esta Demaaax Necesito Seguir Leyendooooo =D
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