Estuvimos en ese salón de clases hasta que por la puerta se asomó una cara muy conocida, con cabellos color ocre y ojos de un color almendrado cobrizo.
- ¡Ed! – grite.
- Oigan par de tortolos, estamos esperando por ustedes.- dijo sonriendo.
Rápidamente nos levantamos y nos dirigimos al estacionamiento.
Esa tarde Jasper y Alice desaparecieron corriendo en el bosque, Edward y yo entramos en la casa mientras Rosalie y Esme se quedaron charlando en el jardín, supongo que seguirán con el tema de la boda; Rose no podía esconder su entusiasmo, la idea de organizar su boda parece que la emocionaba tanto como la primera vez que lo hizo.
Mientras estaba sentado en el sofá no pude evitar pensar de nuevo en la chica.
- Su nombre es Bella, Isabella Swan. – Dijo Edward volviéndose para darle la espalda a su gran piano de cola negro.
- ¡¡oohh entiieendoo!! .- dije estirando cada vocal dentro de la palabra y riendo sarcásticamente.- así que ahora te gusta la humana que casi te almuerzas ¿eh?. Edward frunció el ceño y me dio la espalda.
¡Vale! ¡Vale! ¿Y de que pensamiento sacaste su nombre completo?
- Todos los profesores y la mayoría de los chicos del instituto se la pasan pensando en ella, sería imposible para mí no saberlo. Además hoy pude hablar con ella en la clase de biología.
- ¡WOW! ¡Esto se pone cada vez más interesante!- dije con una exclamación en voz alta, colocando mi cara entre mis manos.
- Bueno, realmente ya yo sabía cada respuesta las preguntas que le hacía antes de que ella abriese la boca, pero fue tan fácil conversar con ella. Desde hace muchos años no me he relacionado con humanos, pero ella es… diferente.- dijo con una mirada perdida y una expresión pensativa.- realmente nuca me había sentido así…
- Jajajajajaja ¡oh hermanito!- dije entre risas.- ¿te estás enamorando de esa humana?
- No lo sé Emm.- dijo con un tono preocupado.- es que su sangre, su aroma, toda ella, es tan… apetitosa. Cuando estoy con ella puedo sentir que mi garganta y mis pulmones arden en fuego, y que todo mi ser se descontrola, mis instintos quieren liberarse, esa parte de mi que siempre he mantenido a raya ahora quiere aflorar.- y tras decir esto se viró y empezó a rozar las teclas de su piano.
Yo conocía muy bien esa canción; la compuso hace un par de décadas para Esme, era una melodía dulce y melancólica.
En menos de un segundo Esme entró a la habitación, con una sonrisa esplendorosa en su cara, se detuvo tras Edward y poso una de sus gráciles manos en su hombro.
- Sigue siendo tan hermosa como la primera vez que la tocaste para mi.- dijo en un susurro.- tenías muchísimo tiempo sin tocar tu piano.
- Si, lo sé… casi había olvidado lo que se siente.- dijo Ed en una voz muy baja, mirando a Esme como un hijo ve a su madre.
Luego de terminar la nana de Esme comenzó una nueva melodía, cerró sus ojos mientras rozaba diferentes teclas y empezó aquella nueva canción. Esta tenía un deje de tristeza, expresaba toda su preocupación en cada nota alta que emitía el gran instrumento, y ahí supe el nombre de esa canción; la nana de Bella.
En ese momento Edward se detuvo y me dedicó una mirada de complicidad
1 comentarios:
oye tu blog esta fascinante..deberias pasarte por el mio y darme tu opinion
http://jakeandlizziecullenlovestory.blogspot.com/
att lizzie
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