Luego de limpiar los restos de sangre salimos de la línea boscosa y caminamos hasta la pequeña playa perteneciente al parque; estuvimos sentados en completo silencio en unos grandes peñascos frente al mar contemplando el vaivén de las olas. De pronto un suspiro lleno de desesperación y nerviosismo brotó de su pecho.
- ¡Eah! ¿qué fue eso?- pregunté desviando mi mirada del agua para observarle. Él rió nerviosamente y me miró.
- ¡ah Emmett! No puedo dejar de pensar en ella… me preocupa que esté bien.- dijo tomando su cabello entre sus manos.- ¿y si le pasa algo malo, y yo no estoy allí para protegerla?
- Edward.- comencé luchando por no echar a rodar mis ojos.- si ha podido cuidarse sola… a duras penas, pero pudo… durante diecisiete años aproximadamente, ¡no creo que se la lleven los ovnis este fin de semana! ¡Relájate hermano!
- Es que no puedo Emmett… es algo incontrolable; si supieras la mala suerte que tiene, mientras hablamos acá puede estar cayendo por un precipicio o algo parecido.- dijo Edward frunciendo el ceño. No puede evitar soltar una gran carcajada al oírle decir aquello.
- ¡Eah!.- rugí.- ¿no crees que exageras un poco? – me miró con el ceño fruncido y se giró de nuevo hacia el mar, apoyando su cara entre sus rodillas.- y bueno… ¿qué paso ayer en la cafetería?- pregunté intentando romper el hielo. De pronto se viró muy sonriente hacia mí.
- Oh bueno…-comenzó.- discúlpame por eso, pero realmente necesitaba estar con ella, y…-dijo disculpándose.- fue tan extraño, ¡ya sabes! Estar con otra persona que no sea de la familia. Hacía mucho que no me involucraba con alguien más, y es tan fácil hablar con ella; es como si ya supiera todo, la forma en que me mira… como si no le importase quién… o qué soy.- al oír esas palabras abrí mis ojos de par en par.
- ¿le has dicho algo?- pregunté con los ojos como platos.
- No Emm… tranquilo, aun no le digo nada.- dijo viéndome con ojos suplicantes.- es que es tan fácil hablar con ella que más de una vez he estado a punto de revelarle todo.- lo seguí observando con mi mejor mirada de pánico. Su semblante se tornó culposo.
- Bueno Edward.- empecé con un tono punzante.- no soy quién para juzgarte, puedes hacer todo lo que quieras, y lo que consideres correcto; pero debes pensarlo todo muy bien… con la cabeza fría.
- Eso no será problema Emm… no creo que se caliente mucho ninguna parte de mi cuerpo... –contestó él rápidamente y ambos estallamos en carcajadas.
- Eah Ed… pero aun no me has dicho que demonios hicieron luego de que nos fuimos.- dije en un tono que podía sugerir cualquier cosa y una sonrisa un tanto malévola en los labios. Edward me miró y sonrió negando con la cabeza.
- Bueno, en la cafetería me dijo algunas de sus teorías sobre mí.- dijo ahogando la risa.
- ¿qué? ¿incluyó magia y pociones? – pregunté un poco desconcertado.
- Pues… no… incluyo un poco de kriptonita, arañas y radioactividad.- dijo antes de que una grande y sonora carcajada saliese de mis labios, haciéndose eco en mi pecho.
- Esta chica no es como las otras.- dije al dejar de reír.
- No, en absoluto.- dijo él risueño.- bueno, luego ella se fue a la clase de biología y yo salí esperando verlos, pero caí en cuenta de que se habían ido cuando no vi el jeep estacionado.- deje salir un gruñido inconsciente y Edward me observó sonriendo a modo de disculpas y prosiguió.- así que me senté en mi auto a escuchar un poco de música. Un rato después vi a Newton…
- El golden retriever con exceso de fijador.- le interrumpí entre risas, luego de que mascullara el nombre del chico.
- Bueno… él iba con alguien en hombros que dos segundos más tarde supe que era ella; de pronto la colocó en el suelo. Corrí lo más rápido que el estúpido paso humano me permitía y llegué hasta ellos.- continuó Edward con el ceño fruncido.- no sabes el miedo que sentí Emm… te juro que iba resuelto a estamparlo contra la pared si era necesario. El hecho es que iban hacia la enfermería, ella no se veía para nada bien, se había puesto de un raro color verdoso y su frente estaba perlada en sudor, por un momento creí que se iba a desmayar en mis brazos. La llevé cargada a la enfermería, y es tan terca que iba refunfuñando y pataleando para que la bajara… al parecer la sangre le enferma.- hizo una pausa, diciendo la última frase como si le causase muchísima gracia.
- Claro, no imagino es por qué no querría alguien que lo llevases a la cafetería en brazos.- dije con palabras empapadas en sarcasmo. Ed entrecerró sus ojos hasta que se volvieron unas rendijillas y me miro con fiereza manteniendo la sonrisa burlona en su cara.
- Lástima que nunca hayas llevado a tu novia en brazos a una enfermería ¿eh?- dijo con cinismo.
- ¿Oh sí? ¿Y desde hace cuanto son novios?- pregunté doblegando su petulancia.
- ¡TOUCHE! – dijo él entre risas.- bueno como seguía, entramos a esa pequeña y odiosa sala, la enfermera le atendió en la camilla y yo esperaba justo al lado de la puerta cuando entró de nuevo Newton con otro chico, de pronto la enfermería se inundo con un fuerte olor a sangre, el chico tenía un perforación en alguno de sus dedos. El olor se intensificó cuando apoyo la mano así que decidí salir de allí, Bella me siguió y pedimos un permiso para que nos indultaran de las siguientes clases.
- Mmm… pues pensé que sería más interesante.- dije con una fingida expresión de decepción.
- Oh bueno… luego de salir de la enfermería me invitó a ir este fin de semana a las playas de la reserva con sus “amiguitos”.
- Oh… pícaro.- exclame con una gran sonrisa golpeando su brazo con uno de mis puños.- entonces lo que te pasa ahora es que tienes celos de que el tal Newton te quite a tu chica.- dije moviendo mis cejas de arriba abajo.
- No lo sé Emm… a estas alturas, no lo sé.- dijo con pesar en su voz.
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