62.- Hermanos.

Al llegar a la casa Rose le dio la noticia de nuestro nuevo compromiso a Esme, ambas rieron y chillaron como si fuesen niñas pequeñas mientras observaban el pequeño anillo. Edward se encontraba observándolas en la cima de las escaleras.

- Hola hermanito.- dije mientras me sentaba a su lado; él giró sobre sí mismo y sonrió ampliamente.- veo que ya hurgaste en mi cabeza.

- Hola hermano.- se limitó a decir antes de estallar en carcajadas.- muchas gracias.- dijo sacudiendo mi hombro con su mano escuálida. Reí ruidosamente y golpeé su brazo con mis nudillos.

Rosalie y Esme habían ido en busca de Alice para transmitirle la noticia, así que la casa estaba ocupada sólo por chicos; Me incorporé para buscar a Jasper antes de que Edward tirara de la bota de mi pantalón.

- También quiero saber qué pasa.- dijo encogiéndose de hombros con una inocencia fingida ante mi mirada de sospecha, porque ¿Quién más que él podría saber qué hacíamos dentro de nuestra casa?- tienes razón, lo sé TODO.- continuó antes de fingir un escalofrío.

En ese momento comencé a recordar cada momento junto a Rosalie, más de medio siglo de existencia juntos me daba suficiente material para torturarlo.

- A ver qué tal esto.- le dije antes de que golpeara mi brazo de nuevo.

- ¡vamos Emmett! ¡Por favor!- dijo frotando sus ojos como i intentara borrar las imágenes que se reflejaban de mi mente.

Volví a reír a carcajadas mientras que Edward me observaba con cara de pocos amigos; caminamos a paso humano mientras reíamos y bromeábamos en dirección a la pequeña habitación de Alice y Jazz. Al llegar estallamos en sonoras carcajadas; Jasper se encontraba junto a una enorme pila de bolsas de compras y ropa de todos los colores revuelta sobre la cama, de pronto con movimientos extremadamente veloces se colocaba una a una las feas piezas de ropa. Debía admitir que aquello no se veía nada bien y lo expresé con una risotada gutural que le hacía eco a la carcajada explosiva de Edward. Jasper nos observó atónito mientras intentaba desesperadamente salir de un feo suéter celeste con enormes lunares amarillo.

- Alice… oferta… ya saben lo demás.- dijo con un gesto de resignación.

- Bueno, veníamos a invitarte a pasar un rato con nosotros, pero veo que estarás mejor acá.- dijo Ed intentando silenciar una risita para imprimirle seriedad a sus palabras.

- Aunque debo admitir que te quedaran de muerte ese pantaloncillo tirolés de arriba.- continué ahogando mis carcajadas; Jasper hizo rodar sus ojos y llevó su mano a la frente.

- Esperen un segundo chicos.- dijo Jasper con desesperación; Edward seguía ahogando carcajadas, produciendo sonidos estrepitosos desde su garganta. En menos de un segundo Jasper estuvo a mi lado izquierdo vestido con su atuendo normal.

Esa tarde nos dedicamos a bromear y ocuparnos de algunas rondas de pulso de las cuales fui vencedor en la mayoría de las ocasiones. Jasper se limitaba a maldecir y soltar improperios mientras que Edward lo veía con una sonrisa burlona. Al comenzar el ocaso salimos al jardín a conversar.

- ¡Una bodaaa!- dijo Edward en un tono de voz agudo.

- Cómo me gustaría que te escuchase Rose en este preciso momento.- pronuncié distraídamente antes de que el semblante de Ed cambiase drásticamente a uno inexpresivo e inerte. Reí a carcajadas junto a Jasper.

- Que tú seas un reprimido sexual no es culpa nuestra hermano.- dijo Jazz mientras colocaba sus manos detrás de su cabeza.

- No soy un reprimido.- contestó gesticulando cómo lo haría un niño cuando le dicen que es muy pequeño para algo. La mirada irónica de Jazz se fundió con la mía antes de dirigir ambas hacia el despreocupado Edward.

- Para nada.- dije con un semblante serio intentando inyectarle la mayor cantidad de ironía a mis palabras como me fuese posible.- tener más de ochenta años y ser virgen aún es algo que todos los viriles de este mundo te envidiamos hermano.- Jasper estalló en sonoras carcajadas mientras que sujetaba su estómago con ambas manos; Edward me observó con cara de pocos amigos y abrió su boca para reprochar algo, sin embargo se quedó en completo silencio.

Estuvimos otro rato conversando sobre trivialidades y cosas sin mucha importancia, en ningún momento tocamos el tema de Bella o de lo que se aproximaba para nuestro fin de semana. Todos nos incorporamos cuando escuchamos el ruido de los neumáticos sobre el camino de grava, salí hacia la cochera para recibir a mi pequeña Rose que caminaba junto a Alice bajo un montón de bolsas de compras; negué con la cabeza y ella sonrió ampliamente.

- Con algo había que celebrar.- dijo la sonriente Alice antes de saltar a los brazos de Jazz; Rosalie rió por lo bajo y soltó los paquetes sutilmente sobre el suelo para rodear mis hombros con sus delgados brazos y rozar mis labios con los suyos; Coloqué mi mano derecha en su cintura y la atraje hacia mí con un movimiento rápido mientras que ella reía por lo bajo sin despegar sus labios de los mios.