PREMIOS :D

Hola!! al final de mi fic, aqui les dejo lo mínimo que puedo hacer por personas tan hermosas como ustedes. Un pequeño detalle, los Quiero!
este premio va para un hermoso grupo de amigas que ha surgido por este asombroso medio, para demostrarles que las quiero un millón, a pesar de que estemos regadas por el mundo :D Citlally, Karen, Gaby, Vale, Luchi, Sill, Paty, Dana y Tania! las adoro nenas!! a las que tienen blog les pido que muestren este pequeño detalle en el. Besos nenas!
Y ahora... este premio se los regalo a Todas las chicas que han leido mi historia y que me han seguido capítulo a capítulo MUCHISIMAS GRACIAS!!!! :)

Últimos Capítulos.

CHIC@S!!! ya estamos en la recta final... los últimos capítulos de nuestro blog, ha sido un placer escribir esta historia, y más aún conocer a personas tan maravillosas como las que he conocido en estos cortos meses.

Muchisimas Gracias por darme el privilegio de tener lectoras tan especiales y maravillosas, gracias por su paciencia y seguir la pequeña historia. De verdad son lo máximo.




martes, 29 de septiembre de 2009

76.- Comienza la Cacería.




Continuamos el camino de regreso; el sol se había ocultado completamente dejándole paso a la noche, y con ella a la oscuridad, seguí escrutando el bosque con mis ojos, en busca de alguna señal.
-          Vamos a hacerlo de esta manera. Cuando lleguemos a la casa, si el rastreador no está allí, la acompañaré a la puerta.- dijo Edward rompiendo el silencio y atrayendo mi atención; miró a Bella por el retrovisor y continuó.-  Dispones de quince minutos a partir de ese momento. Emmett, tú controlarás el exterior de la casa. Alice, tú llevarás el coche, yo estaré dentro con ella todo el tiempo. En cuanto salga, llevan el Jeep a casa y se lo cuentan a Carlisle.
-          De ninguna manera.- exclamé al oír su plan.- Iré contigo.
-          Piénsalo bien, Emmett. No sé cuánto tiempo estaré fuera.- sabía que eso lo decía por Rose.
-          Hasta que no sepamos en qué puede terminar este asunto, estaré contigo.- reafirme.
Edward suspiró fuertemente, y yo sonreí triunfal.
-          Si el rastreador está allí.- continuó diciendo como si nada.-, seguiré conduciendo.
-          Vamos a llegar antes que él.- contradijo Alice con un tono confiado.
Edward suspiró y asintió; así sucedía siempre, ellos tenían una relación que no podía explicar, todos sus roces y problemas quedaban olvidados en segundos.
-           ¿Qué vamos a hacer con el Jeep?-preguntó Alice.
-          Tú lo llevarás a casa.- dijo Edward sin voltearse a verla siquiera.
-          No, no lo haré.- contestó ella suavemente como si se refiriese a un niño pequeño.
Edward comenzó a maldecir de nuevo, esta vez con Alice haciéndole coro.
-          No cabemos todos en mi coche.- dijo la pequeña Bella con un hilillo de voz.-Creo que deberías dejarme marchar sola.- volvió a atacar a la cordura de Edward con un tono de voz relajado.
-          Bella, por favor, hagamos esto a mi manera, sólo por esta vez.- dijo tronando sus dientes con cada palabra y suspirando ruidosamente.
-          Escucha, Charlie no es ningún imbécil.- Dijo ella activándose e irguiéndose en el asiento a mi lado.- Si mañana no estás en el pueblo, va a sospechar.
-          Eso es irrelevante. Nos aseguraremos de que se encuentre a salvo y eso es lo único que importa.
-          Bueno, ¿y qué pasa con el rastreador? Vio la forma en que actuaste esta noche. Pensará que estás conmigo, estés donde estés.
Abrí mis ojos de par en par ante la agilidad mental de la pequeña.
-          Edward, escúchala.- le dije con apremio.-Creo que tiene razón.
-          Sí, estoy de acuerdo.- me apoyo Alice.
-          No puedo hacer eso.- La voz de Edward era tajante y fría.
-          Emmett podría quedarse también.  Le ha tomado bastante ojeriza.
-           ¿Qué?- Casi grité volviéndome hacia ella.
-          Si te quedas, tendrás más posibilidades de ponerle la mano encima.- dijo Alice. Suspiré tomando en cuenta sus palabras y comencé a debatirme mentalmente.
-          ¿Y tú te crees que la voy a dejar irse sola?- exclamó Edward-
-          Claro que no.- dijo Alice.- La acompañaremos Jasper y yo.
-          No puedo hacer eso.- volvió a exclamar Edward. Sabía que lentamente la lógica ganaba campo en su mente y la derrota se dejaba saborear en su voz.
-          Déjate ver por aquí durante una semana. Bueno, unos cuantos días.- rectificó Bella antes de que los ojos de Edward saltasen de sus órbitas.- Deja que Charlie vea que no me has secuestrado y que James se vaya de caza inútilmente. Cerciórate por completo de que no tenga ninguna pista; luego, te vas y me buscas, tomando una ruta que lo despiste, claro. Entonces, Jasper y Alice podrán volver a casa.
La aceptación sumada a la consideración se hicieron eco en su rostro.
-           ¿Dónde te iría a buscar?- peguntó con su peor tono de “no lo haré pero si sucediese…”
-          A Phoenix – respondió rápidamente Bella.
-          No. El oirá que es allí donde vas.- respondió un frustrado Edward.
-          Y tú le harás creer que es un truco, claro. Es consciente de que sabemos que nos está escuchando. Jamás creerá que me dirija de verdad a donde anuncie que voy.
-          Esta chica es diabólica.- exclamé riendo entre dientes; de seguro si Rose estuviese aquí su mano se hubiese estrellado contra mí…
-           ¿Y si no funciona?
-          Hay varios millones de personas en Phoenix.- dijo irónicamente la pequeña humana.
-          No es tan difícil usar una guía telefónica.- contestó Edward en el mismo tono siguiéndole el juego.
-          No iré a casa.
-          ¿Ah, no?-preguntó notoriamente sorprendido, intentando imprimirle una nota diferente a su voz.
-          Ya soy bastante mayorcita para buscarme un sitio por mi cuenta.- Protestó Bella
-          Edward, estaremos con ella.- le recordó Alice calmadamente.
-          ¿Y qué vas a hacer en Phoenix?- preguntó él entre dientes.
-          Quedarme bajo techo.- contesto Alice con el mismo tono.
-          Ya lo creo que voy a disfrutar.- Pensé en voz alta; causando que Bella me observase graciosamente; sabía que pensaba en la ensalada que haría de James y su grupo.
-          Cállate, Emmett.- rugió Edward. Gruñí por lo bajo y volví a hablar.
-           Mira, si intentamos detenerle mientras ella anda por aquí, hay muchas más posibilidades de que alguien termine herido..., tanto ella como tú al intentar protegerla. Ahora, si lo pillamos solo... —dije expresando mi anterior pensamiento y sonreí ante la idea.
Edward aminoró la velocidad mientras nos acercábamos al pueblo; volví mi vista al exterior del jeep; observando el bosque esperando que un sádico vampiro rubio saltase hacia nosotros con las fauces abiertas, en ese momento sabía muy bien lo que haría.
-          Bella.- comenzó Edward.-, si te pones en peligro y te pasa cualquier cosa, cualquier cosa, te haré personalmente responsable. ¿Lo has comprendido?
-          Sí.- dijo antes de pasar saliva de la manera más ruidosa que había oído.
-          ¿Va a poder Jasper manejar este asunto?- dijo dirigiéndose ahora hacia Alice.
-          Confía un poco en él, Edward. Lo está haciendo bien, muy bien, teniendo todo en cuenta.- reprochó Alice.
-          ¿Podrás manejarlo tú?- preguntó él, tan mordazmente que esperé que Alice se abalanzara sobre él. Sin embargo solo enseño sus colmillos y gruñó fuertemente. Bella se encogió enterrándose en el asiento y Edward le sonrió.
-          Pero guárdate tus opiniones.- dijo por lo bajo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

75.- Planeando.




Carlisle espero algunos segundos mientras examinaba el rostro de Laurent, suspiró ruidosamente y extendió una mano hacia nosotros.
-          Les mostraremos el camino. Jasper, Rosalie, Esme.- dijo en un tono de voz severo; Ellos se colocaron a su lado, ocultando a Bella de la vista de ellos. Alice dio un salto hacia atrás y tomo uno de los pálidos brazos de Bella; yo camine para escoltar a Bella, colocándome detrás de ella.
Edward comenzó a tirar del brazo de Bella, Alice caminaba junto a mí cerrando la marcha caminando muy cerca de ellos y echando vistazos ocasionales hacia atrás; Edward daba grandes zancadas prácticamente arrastrando a Bella a su lado, la pequeña parecía estar en una especie de Shock, sus ojos estaban abiertos de par en par y mordía su labio fuertemente. Al llegar a la linde del bosque Edward tomó a Bella y la colocó sobre su espalda antes de echarse a correr, Alice y yo lo seguimos de cerca con un gran esfuerzo; él corría lleno de ira soltando una sarta de barbaridades a velocidad vampírica.
En unos segundos llegamos a mi Jeep, Edward apenas se detuvo para lanzar a su pasajera sobre el asiento trasero y cas gritarme.
-          ¡Sujétala!
Me senté junto a Bella en el asiento trasero mientras que Edward ponía en marcha el auto. De pronto con un chirrido giró en seco y emprendió el viaje. El camino estuvo lleno de baches y salto Bella veía al frente con los ojos entrecerrados y la respiración entrecortada. “¿es normal que respire así?” pregunté mentalmente algo frustrado luego de algunos minutos, Ed asintió muy levemente si despegar sus ojos de la carretera. Estuve todo el camino observando por la ventanilla, escrutando el bosque en busca de algún indicio de James o alguno de los otros dos. Al fin llegamos a la carretera principal. Ed comenzó a acelerar dirigiéndose al sur, al contrario de Forks.
-          ¿A dónde vamos?- preguntó Bella a mi lado con un tono histérico. Todos iban demasiado ensimismados como para responder- ¡Maldita sea Edward! ¿A dónde me llevas?
-          Debemos sacarte de aquí, lo más lejos posible y ahora mismo.- contestó lentamente Edward sin siquiera pestañear.
Bella comenzó a forcejear con el cinturón de seguridad que la tenia sujeta al asiento del Jeep.
-           Da media vuelta! ¡tienes que llevarme a casa!
-          Emmett.- dijo Edward con voz fría. Rápidamente seguí la orden que me daba su voz severa y sujeté a Bella lo más sutilmente que pude para inmovilizar sus manos- He de hacerlo, Bella, ahora por favor, quédate quieta.
-          ¡No puedo! ¡Tienes que devolverme a casa, Charlie llamará al FBI y éste se echará encima de toda tu familia, de Carlisle y Esme! ¡Tendrán que marcharse, y a partir de ese momento deberán esconderse siempre!
-          Tranquilízate, Bella. Ya lo hemos hecho otras veces- dijo Edward con su voz cortante y fría.
-          ¡Pero no por mí, no lo hagas! ¡No lo arruines todo por mí!
Bella luchó y pataleó intentando zafarse de mis manos que rodeaban sus antebrazos sin ningún fruto.
-          Edward, dirígete al arcén.- Dijo Alice por primera vez; había olvidado que la pequeña chica estaba en el asiento delantero.
Él le lanzó una mirada envenenada y aceleró aún más el Jeep; el velocímetro superaba los doscientos kilómetros por hora y seguía en aumento mientras sus manos se aferraban con fuerza al volante; me estremecí pensando en que podría hacerse polvo .
-          Edward, vamos a hablar de esto.
-          No lo entiendes.-Gritó el Edward frustrado que intentaba mantenerse a raya. Su voz resonó en el Jeep hiriendo mis oídos.- ¡Es un rastreador, Alice! ¿Es que no te has dado cuenta? ¡Es un rastreador!
Aquellas palabras me cayeron como un balde de agua fría; ahora que conocía a lo que nos enfrentábamos entendía el comportamiento de Edward, tal vez en mi rostro se expresaba mi desagrado por esa especia, pues Bella me observó con un rostro curioso, al momento que la observé bajo la cabeza rápidamente.
-          Para en el arcén, Edward.- dijo Alice luego de sopesar algunos segundos, en su voz pude notar cierto enfado y frustración transformados en autoridad.- Hazlo, Edward.
-          Escúchame, Alice. Le he leído la mente. El rastreo es su pasión, su obsesión, y la quiere a ella, Alice, a ella en concreto. La cacería empieza esta noche.
-          No sabe dónde...- comenzó Alice antes de que Edward la interrumpiese bruscamente intentando respirar para calmarse.
-           ¿Cuánto tiempo crees que va a necesitar para captar su olor en el pueblo? Laurent ya había trazado el plan en su mente antes de decir lo que dijo.
Bella dejó escapar un grito ahogado mientas que sus ojos se tornaban vidriosas por las lágrimas repentinas que llegaban.
-          ¡Charlie! ¡No pueden dejarle allí! ¡No pueden dejarle! – dijo con un ataque de histeria batiéndose en el asiento, intentando luchar de nuevo contra mis manos y el arnés que la sostenía.
-          Bella tiene razón.- dijo Alice en un tono sombrío.
Edward desaceleró ligeramente, Pude ver en el espejo retrovisor que Alice esbozó una media sonrisa antes de volver a ocupar un semblante serio, sabía que iba ganando esta batalla, así que decidió seguir echándole leña al fuego.
-          No tardaremos demasiado en considerar todas las opciones.- continuó Alice.
El auto redujo de nuevo la velocidad con un fuerte chirrido dejando las marcas de los neumáticos en el costado de la autopista. El sonido de mi pobre Jeep forzando sus frenos me desconcentró y el lazo que tenía alrededor de las manos de Bella se deshizo haciendo que ella saliese disparada hacia adelante y volviese a golpear con el asiento debido al cinturón de seguridad.
-          No hay ninguna opción.- dijo Edward en un susurro.
-          ¡No voy a abandonar a Charlie!- gritó Bella agudamente.
-          Cállate, Bella.- dijo Edward.
-          Tienes que llevarla a casa.- Dije por fin cansado de la estúpida discusión “…o prefieres que James termine cenando con el padre de tu novia antes de seguir buscándola”.
-          No.- Dijo Edward. Cortante.
-          James no puede compararse con nosotros, Edward. No podrá tocarla.- dije en mi tono más comprensivo para intentar suavizar la situación; sabía de sobra que ponerme de buenas en primeras con Edward no serviría de nada.
-          Esperará.- dijo él comenzando a ceder. Esbocé una gran sonrisa y suspiré.
-          Yo también puedo esperar.- fue lo único que dije.
-           ¿No lo ven? ¿Es que no lo entienden? No va a cambiar de idea una vez que se haya entregado a la caza. Tendremos que matarlo.
Ronroneé ante la idea de una pelea y sonreí gustoso.
-          Es una opción.
-          Y también tendremos que matar a la mujer. Está con él. Si luchamos, el líder del grupo también los acompañará.
-          Somos suficientes para ellos.- dije hinchando mi pecho y ronroneando.
-          Hay otra opción.- dijo Alice con tono calmado.
De pronto, Edward reaccionó y se irguió contra ella con un sonoro grito.
-           ¡No—hay—otra—opción!
Bella y yo los observamos atónitos mientras que ellos se mantenían la mirada fieramente, el auto fue invadido por un silencio sepulcral mientras que ellos estaban allí, observándose. La primera en hablar fue Bella.
-           ¿Querría alguien escuchar mi plan?
-          No.- gruñó Edward. Alice le dio su mejor mirada iracunda.
-          Escucha.- suplicó Bella—. Llévame de vuelta…
-          No.- La interrumpió él. Ella le observó fijamente y continuó.
-          Me llevas de vuelta y le digo a mi padre que quiero irme a casa, a Phoenix. Hago las maletas, esperamos a que el rastreador esté observando y entonces huimos. Nos seguirá y dejará a Charlie tranquilo. Charlie no lanzará al FBI sobre tu familia y entonces me podrás llevar a cualquier maldito lugar que se te ocurra.
Tres pares de ojos sorprendidos se fijaron en su pálido ostro que subió varios tonos de rojo.
-          Pues realmente no es una mala idea, en absoluto.- dije medio atontado.
Podría funcionar, y desde luego no podemos dejar desprotegido al padre de Bella. Tú lo sabes —dijo Alice.
Todos dirigimos ahora nuestras miradas a Edward.
-          Es demasiado peligroso... Y no le quiero cerca de ella ni a cien kilómetros a la redonda.
-          Edward, él no va a acabar con nosotros.- dije intentándolo hacerle cambiar de idea, además de que la visión de una pelea con tres vampiros nómadas no se veía para nada mal.
Alice cerró los ojso buscando las próximas acciones de James.
-          No le veo atacando. Va a esperar a que la dejemos sola.
-          No le llevará mucho darse cuenta de que eso no va a suceder.
-          Exijo que me lleves a casa.- dijo Bella sonando como una niña berrinchuda; contuve las ganas de lanzarle una mirada burlona y suspire por lo bajo.
Ed cerró los ojos fuertemente y se llevó las manos a la cabeza. Sabía a la perfección que eso significaba que se daría por vencido.
-          Por favor.-suplicó Bella, con su mejor cara de corderito.
Suspiró y soltó de nuevo una sarta de maldiciones tan velozmente que no logré distinguir más que algunas palabras. No levantó la vista. Cuando por fin hablo las palabras salieron lentamente como si lo estuviesen obligando.
-          Te marchas esta noche, tanto si el rastreador te ve como si no. Le dirás a Charlie que no puedes estar un minuto más en Forks, cuéntale cualquier historia con tal de que funcione. Guarda en una maleta lo primero que tengas a mano y métete después en tu coche. Me da exactamente igual lo que él te diga. Dispones de quince minutos. ¿Me has escuchado? Quince minutos a contar desde el momento en que pongas el pie en el umbral de la puerta.
Reí en mi interior antes de que mi pobre Jeep girara para ponerse en sentido contrario, en dirección a Forks.
-          Emmett…- dijo Bella observando sus manos atadas por las mías.
-          Ah, Perdón.- respondí y la solté rápidamente volviendo mi atención hacia afuera.

sábado, 26 de septiembre de 2009

74.- Invitados


De pronto los vi. “Nómadas” pensé. Venían en fila, un hombre rubio y de estatura mediana abría la formación en el flanco derecho de la formación, en medio, y obviamente el líder era otro hombre más alto y fornido con el cabello oscuro cayendo sobre sus hombros, su piel era más oscura que la de nosotros y sus compañeros; y por último una mujer, no muy alta con un largo cabello rojo fuego y tez extraordinariamente pálida a contraste con la olivácea de su acompañante.

Bella dio un respingo cuando aparecieron en la linde del bosque a un poco más de diez metros de distancia. Vestían trapos que alguna vez fue ropa de excursionistas, pantalones de jean rasgados y sucios, camisas a cuadros abotonadas confeccionadas con gruesa tela impermeable y venían descalzos. Sus ojos rojos resplandecieron aun con el sol completamente oculto detrás de infinitas nubes negras. Sus ojos se posaron en Carlisle que inmediatamente dio un paso hacia ellos, Jasper y yo lo seguimos cubriendo sus flancos, mis manos estaban apretadas en puños a mis costados si darme cuenta, rápidamente las abrí y las flexione para eliminar alguna tensión en mis brazos.

En ese instante los detallé a la perfección; la mujer, su cabello estaba revuelto, lleno de hojas y restos de naturaleza, su expresión era ligeramente feroz y nos recorría a cada uno de los hombres con su mirada gatuna, sus movimientos eran bastante parecidos al de algún felino y de vez en cuando me parecía que… ¿ronroneaba?. El segundo frente a mí era el rubio, su cabello largo y dorado estaba atado en una coleta detrás de su nuca, una mirada siniestra acompañaba una sonrisa nada confiable que dejaba entrever sus colmillos. Y el último era quien intercambiaba una “noble” mirada con Carlisle, su rostro oliváceo era inusual entre los vampiros, su cabello negro caía sobre sus hombros despreocupadamente; sus ojos hacían un extraño contraste con sus otras características dándole un aspecto ligeramente aterrador. Nos dedico a todos una cortés sonrisa muy diferente a la del otro sujeto y un asentimiento a Carlisle.

- Creíamos haber oído jugar a alguien.- dijo con una voz lenta y un gracioso acento francés.- Me llamo Laurent, y estos son Victoria y James.- dijo señalando a los dos de atrás.

- Yo soy Carlisle y ésta es mi familia: Emmett y Jasper; Rosalie, Esme y Alice; Edward y Bella.- dijo el señalándonos por parejas, supongo que para que la idea de que teníamos entre siete vampiros una frágil y pequeña humana.

- ¿hay sitio para unos pocos jugadores más?- dijo él con un tono parecido a la amabilidad.

- Bueno, lo cierto es que acabamos de terminar el partido. Pero estaríamos verdaderamente encantados en otra ocasión. ¿Piensan quedarse mucho tiempo en la zona?- preguntó Carlisle imitando su tono.

- En realidad, vamos hacia el norte, aunque hemos sentido curiosidad por lo que había por aquí. No hemos tenido compañía durante mucho tiempo.

- No, esta región suele estar vacía si exceptuamos a mi grupo y algún visitante ocasional, como ustedes.

Pude ver cómo Jasper se relajaba ligeramente para liberar su efluvio; la conversación dejo de ser amenazante para convertirse en una parodia de conversación amistosa. Edward dejo caer sus hombros bajo el efecto de Jasper, pero de pronto volvió a tensarse.

Su cháchara siguió mientras que el resto de la familia intentaba cubrir discretamente cada flanco de Bella que seguía petrificada con las uñas aferradas al brazo de Edward y los ojos como platos; Carlisle le explicaba a los recién llegados nuestros hábitos de alimentación y nuestro estilo de vida.

- Les mostraremos el camino si quieren venir con nosotros. Emmett, Alice, vayan con Edward y Bella a recoger el Jeep.- dijo Carlisle con un tono que le restaba importancia a la tarea que nos había encomendado.

De pronto lo que habíamos temido durante estos largos minutos pasó a cámara lenta: Una brisa silbante alborotó el cabello de la pequeña humanita, su efluvio llenó el aire completamente golpeándome de lleno en el rostro, acto seguido el hombre rubio ronroneó con fiereza y movió las aletas de su nariz fijando su vista en Bella, avanzando un paso y agazapándose, sonriendo diabólicamente. Cuando caí en cuenta Edward la había colocado completamente tras de sí y se había colocado en posición para atacar al igual que todos los demás excepto Carlisle que miraba fija y duramente a James; varios rugidos y sonidos guturales brotaron de todos los presentes.

- ¿qué ocurre?- pregunto Laurent recorriendo con su mirada desde su compañero hasta Edward que no le quitaba la vista de encima.

- Ella está con nosotros.- dijo Carlisle en un tono retador, dirigiéndose hacia James que fintaba de un lado a otro. Nunca había visto a mi padre actuar de ese modo.

- ¿Nos han traído un aperitivo?

Esta vez toda la familia rugió brutalmente, Edward se adelantó y curvó su labio enseñando sus colmillos.

- He dicho que ella está con nosotros.- repitió Carlisle agriamente.

- Pero es humana.- dijo Laurent incrédulo; son ojos estaban desorbitándose poco a poco mientras observaba de arriba abajo a Bella. Vi un brillo de mortalidad en los ojos de James y me erguí junto a Carlisle interponiéndome entre él y mi familia; él se levantó sin quitarle los ojos de encima a Bella mientras que Edward lo seguía con la mirada, aún agazapado. Los ojos de James se habían tornado completamente negros.

- Parece que tenemos mucho que aprender unos de otros.- dijo Laurent con voz tranquilizadora.

- Sin duda.- respondió Carlisle frío y cortante.

- Aún nos gustaría aceptar su invitación.- los ojos de Laurent revolotearon hacia Bella unos segundos, Alice gruño por lo bajo y retomó su mirada a Carlisle.- Y claro, no le haremos daño a la chica humana. No cazaremos en su territorio, como les he dicho.

James liberó de su mirada a la pobre Bella que respiró con una especie de alivio, como si hubiese estado asfixiándose; este observó a Laurent muy irritado y con incredulidad, antes de dirigir su mirada a Victoria que seguía repasándonos deliberadamente; sus ojos se detuvieron en mis brazos cruzados sobre el pecho y Rosalie hizo un gesto que no pude ver y gruño formando una fuerte advertencia.

viernes, 25 de septiembre de 2009

73.- El partido II



Luego de un “descanso” reemprendimos el juego, Rosalie bateó un hit que golpeó a Carlisle en la cabeza y llegó hasta la segunda base para cuando reaccionó, mis carcajadas resonó en todo el campo mientras que caí de espaldas sobre el suelo sosteniendo mi estómago y temblando de risa. Puntos y carreras iban y venían colocándose a la cabeza un equipo y luego el otro; hits, roletas y varias atrapadas fueron parte de la diversión.

Carlisle era uno de los más animosos, corría revoloteando detrás de todos cuando era nuestro turno al bate; en su vuelta bateó la bola fuertemente en mi dirección, corrí a todo lo que daban mis piernas internándome más y más en el bosque, la escuche silbando contra el viento y en menos de un segundo trepé un enorme abeto y la tomé en mi mano con un fuerte estruendo.

- ¡OUT! – escuché gritar la voz cantarina de Esme mientras que la risa de Rosalie ocultó la sarta de maldiciones de Carlisle y Edward.

Lancé la bola y corrí de vuelta al campo; al llegar Edward esperaba por su turno al bate mientras que Alice giraba velozmente la pelota en sus manos. De pronto sus ojos se tornaron inexpresivos contemplando el vacio y un horroroso grito ahogado brotó de su garganta. Todos los rostros la observaron nerviosos. Edward se situó a mi derecha, estaba tenso como una roca antes de que cualquiera pudiese decir nada.

- ¿Alice?- preguntó Esme con voz ronca y tensa.

- No lo he visto con claridad, no podría decirles…- dijo la pequeña con un hilo de voz. Todos nos reunimos en un círculo a su alrededor mientras que Jasper acariciaba sus delgados brazos con sus manos y le susurraba sin fin de palabras dulces al oído.

- ¿Qué pasa, Alice?- preguntó Carlisle con un tono de padre ligeramente autoritario. Jasper se interpuso ligeramente entre ella y nosotros con un gesto protector, inclinándose hacia su esposa.

- Viajan mucho más rápido de lo que pensaba, creo que me he equivocado en eso.- dijo ella en un murmullo, como si no se diese cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor. Nuestras respiraciones se contuvieron y Jasper fue el primero en hablar.

- ¿Qué es lo que ha cambiado?

- Nos han oído jugar y han cambiado de dirección.- dijo la pequeña Alice con un rastro de culpabilidad en sus ojos mientras observaba el suelo, incapaz de ver a la cara a la pequeña Bella.

Todos nuestros ojos se fijaron en Bella y luego volvimos a nuestros pensamientos individuales.

- ¿Cuánto tardarán en llegar?- Indagó Carlisle dirigiéndose a Edward; Alice se encontraba resguardada entre los brazos de Jasper respirando ruidosamente.

- Menos de cinco minutos. Vienen corriendo, quieren jugar.- dijo Edward presionándose el tabique nasal con sus dedos índice y pulgar manteniendo una mirada de concentración.

- ¿Puedes hacerlo?- preguntó Carlisle inmediatamente, refiriéndose a su podía llevarla de nuevo al auto.

- No, con carga, no- dijo él secamente.- Además, lo que menos necesitamos es que capten el olor y comiencen la caza.

- ¿Cuántos son?- pregunté irrumpiendo el silencio que comenzaba a formarse.

- ¡Tres!- dijo Edward observándome inexpresivo.

- ¿TRES?- dije en tono de burla; esa respuesta era la que menos había esperado, respiré socarronamente esperando algo de acción- ¡déjenlos que vengan!- dije con voz animada ante la gran cantidad de una especie de adrenalina que se acumulaba en mi cabeza.

- Nos limitaremos a seguir jugando.- dijo Carlisle cortante y fríamente, el nerviosismo se extendía por su rostro.- Alice dijo que sólo sentían curiosidad.

Pronunció esas palabras a velocidad vampírica, aunque pareció disminuir su velocidad al ver que la pequeña Bella tenía las cejas arqueadas intentando captar la idea.

- ¿Están sedientos?- preguntó Esme a Edward a la mayor velocidad que podía, supongo que para no poner nerviosa a Bella. Él contestó con una negativa de su cabeza y ella respiró aliviada.

- Intenta atrapar tú la bola, Esme. Yo me encargo de prepararla.- dijo Edward en un suspiro y se paró frente a su novia humana.

Todos volvimos a nuestras posiciones mientras que agudizábamos nuestros sentidos y peinábamos el denso y oscuro bosque con nuestra mirada; todos respiramos fuertemente intentando captar cualquier olor inusual mientras que Alice y Esme se ubicaban cubriendo los flancos de Bella.

- Suéltate el pelo.- le ordeno Edward dulcemente. Ella retiró la pequeña goma que sostenía su cabello oscuro que cayó sobre sus hombros. En un segundo Jasper colocó sus manos sobre su boca y su nariz en un acto reflejo tensándose en su sitio. Alice le murmuró algo y le dedicó una de sus profundas miradas y él se relajó poco a poco hasta volver a su estado acostumbrado.

- Los otros vienen ya para acá.- dijo Bella en un tono humano que me resultó bastante alto y me hizo dar un respingo.

- Sí, quédate inmóvil, permanece callada.- le contestó él lo más rápido que pudo considerando que ella lo entendiese, el nerviosismo se apoderó de su voz por un instante antes de proseguir.- y no te apartes de mi lado, por favor.

Arregló su oscura cabellera envolviendo su cuello y parte de su rostro.

- Eso no servirá de nada. Yo la podría oler incluso desde el otro lado del campo.- dijo la pequeña Alice exteriorizando lo que todos pensábamos. Rosalie dio un leve asentimiento y me observó intentando indicarme algo que no comprendí.

- Lo sé.- dijo Edward con frustración.

Ella le preguntó a Edward algunos detalles mientras que nosotros seguíamos vigilando el perímetro con nuestros sentidos terriblemente agudos, intentando percibir el momento en que se acercaran. Carlisle volvió a retomar el juego con un deje de desgana en sus movimientos.

Nuestro equipo se paseaba por el interior del campo, mientras que Esme y Carlisle estaban ligeramente alejados hacia el bosque monitoreando sonidos y olores. Bella temblaba como un corderito y Edward la observaba con el rabillo del ojo. Rosalie no quitaba su mirada de ella, plegando sus labios hacia adentro fuertemente y echando chispas; de algún modo creo que la culpaba aunque su prioridad, y la de todos era salvar el cuello de la pequeña humana.

- Lo siento, Bella.- murmuró Edward achicando sus ojos.- Exponerte de este modo ha sido estúpido e irresponsable por mi parte. ¡Cuánto lo siento!.

De pronto aquel sonido llegó a mis oídos, y a los de toda mi familia; desde la esquina oeste del campo pudimos escuchar como tres pares de pies se dirigían velozmente hacia nosotros. Todos nos interpusimos entre ellos y Bella, ella se limitaba a esconderse detrás del cuerpo de Edward y observar con los ojos como platos el lugar por donde venían. Rose se colocó a mi lado y tomó mi mano fuertemente, la miré tratando de tranquilizarla y ella suspiró suavemente mientras que sus ojos me lo expresaban todo.

NEW MON TRAILER!