PREMIOS :D

Hola!! al final de mi fic, aqui les dejo lo mínimo que puedo hacer por personas tan hermosas como ustedes. Un pequeño detalle, los Quiero!
este premio va para un hermoso grupo de amigas que ha surgido por este asombroso medio, para demostrarles que las quiero un millón, a pesar de que estemos regadas por el mundo :D Citlally, Karen, Gaby, Vale, Luchi, Sill, Paty, Dana y Tania! las adoro nenas!! a las que tienen blog les pido que muestren este pequeño detalle en el. Besos nenas!
Y ahora... este premio se los regalo a Todas las chicas que han leido mi historia y que me han seguido capítulo a capítulo MUCHISIMAS GRACIAS!!!! :)

Últimos Capítulos.

CHIC@S!!! ya estamos en la recta final... los últimos capítulos de nuestro blog, ha sido un placer escribir esta historia, y más aún conocer a personas tan maravillosas como las que he conocido en estos cortos meses.

Muchisimas Gracias por darme el privilegio de tener lectoras tan especiales y maravillosas, gracias por su paciencia y seguir la pequeña historia. De verdad son lo máximo.




miércoles, 9 de septiembre de 2009

63.- Preparativos.


- Por fin… fin de semana.- dijo Jazz colocando sus manos detrás de la cabeza mientras se acomodaba en una de las sillas del jardín. Los días habían pasado extremadamente rápido, casi sin darme cuenta ya mañana sería sábado.

Era viernes y habíamos salido antes del instituto. Mientras observábamos el atardecer del bosque Edward caminaba ansioso de acá para allá en el recibidor esperando por la pequeña Alice para salir de cacería; Esta vez Edward se cercioró hasta del más pequeño detalle.

- Alice, ¡por favor!- gritó Edward desde la puerta de la cochera.

- ¡Ya voy! ¡Ya voy!- dijo ella apareciendo junto a él haciendo un gesto de fastidio. Edward se limitó a verla con una sonrisa agradecida antes de que ambos desaparecieran con dirección al bosque.

Me levanté de un salto de mi silla y entré rápidamente al enorme salón; Allí se encontraban Rose y Esme revisando una enorme torre de revistas, al verme aparecer ambas sonrieron sorprendidas mientras que Rosalie intentaba quitar los ejemplares de mi vista. Reí socarronamente antes de acercarme a ella; Esme se encargó de recoger rápidamente el enorme desastre de páginas impresas con enormes letras de colores y desapareció por la puerta que llevaba a la pequeña cocina.

- A ver, ¿qué pretende hacer esta tarde linda señorita?- dije levantando su rostro con mi dedo.

- Pues, debo ir al pueblo con Esme; compraremos los ingredientes para una comida humana.- contestó torciendo el gesto ligeramente.

- Define comida humana.- dije abriendo mis ojos a un tamaño desmesurado y alzando una ceja con un gesto de sorpresa antes soltar una carcajada a la que se unió la pequeña y tintineante risa de Rose.

No tengo la certeza de saber cuánto tiempo estuvimos allí, de pie a mitad del enorme recibidor; Rose abrazaba mi cintura con ambas manos y reposaba su cabeza contra mi pecho; yo la cubría con mis brazos mientras miraba el vacio.

- Rossie, querida.- llamó la dulce voz de Esme que apareció en el alfeizar de la puerta.- es hora de irnos.- terminó con una de sus dulces y características sonrisas antes de volver a desaparecer. Rose resopló por lo bajo y se separó ligeramente de mí.

- ¿por qué irán hoy? Bella viene en dos días.- dije, al fin y al cabo mi curiosidad pudo más que mi instinto de supervivencia; Rose torció el gesto al oír el nombre de la pequeña humana causante de la locura de nuestro hermano.

- Alice tuvo una visión hace un rato, mañana será un día considerablemente soleado, así que no podremos salir a hacer las compras en la tarde sin brillar como árbol de navidad.- dijo con un resoplido que hizo ondear un pequeño mechón de cabello que jugueteaba frente a su nariz. Solté una risita leve y lo coloqué detrás de su oreja antes de separar nuestros cuerpos de mala gana.

Suspiramos al unísono y Rose rozó mis labios suavemente, como era su costumbre desde hace más de sesenta años. Con unos pocos saltitos llegó a la puerta, se detuvo y lanzó un beso al aire antes de desvanecerse con la luz del sol poniente.

Me dejé caer sobre el gran sillón que emitió un ruido parecido a una tortuosa queja. Me reí por lo bajo ante mi observación y cerré mis ojos. Durante un rato millones de cosas recorrieron mi cabeza, desde el rostro de Rosalie bañado por la naranja luz del ocaso hasta enormes sofás que se quejaban y chillaban cosas ininteligibles; sin embargo podía percibir cada sonido de la enorme casa y sus alrededores, oía el vaivén de la mecedora del jardín que ocupaba Jasper, oía su respiración pausada, el sonido del viento que entraba por alguna ventana abierta del piso superior y el rechinar de alguna ventana. En momentos como estos de verdad envidiaba el tranquilo dormir de los humanos, poder sumirse en la inconsciencia en cualquier momento y lugar. Por mi parte estaba completamente aburrido y solitario esa fría tarde.

Al cabo de una hora escuché el suave ronronear del motor de un auto cruzar la vía para entrar al camino terroso junto al río. Me incorporé de un salto al reconocer aquel sonido, corrí hacia la entrada para ver acercarse el auto rojo de Rose. Las ayude a descargar las enormes bolsas y colocarlas en el mesón de la cocina; sabía que no necesitaban ayuda, pero la simple costumbre me impulsó a hacerlo. Sin darme cuenta una sonrisa brotó de mis labios al ver su rostro de repulsión mientras observaba el contenido de las bolsas de papel; vegetales de todos los colores, media libra de lo que parecía carne de res. Ella me observó sin quitar el gesto torcido por el desapego por la comida humana, y la comprendía a la perfección; el simple olor era horrendo. Las ayude a terminar de colocar todo en su sitio y salimos al jardín; Jasper seguía allí en la misma posición en que le deje unas cuantas horas atrás con los ojos en un punto fijo sobre la copa de los árboles, como si esperase que el sol se devolviese por la línea del horizonte.

Estuvimos en silencio en el pobremente iluminado jardín de Esme durante un rato, hasta que una fuerte exhalación de Rosalie nos sacara de nuestros pensamientos y rompiese la silenciosa atmósfera de la medianoche. Dirigimos nuestra mirada hacia el punto que observaba Rose; Por el bosque se acercaba rápidamente la pequeña Alice, su inocente vestido celeste estaba hecho girones y cubierto de sangre y tierra, su rostro era inexpresivo mientras corría, aunque su ceño estaba un poco fruncido, lo que hacía que se condensaran pequeñas arruguitas en su frente.

Jasper se levantó de un salto y corrió para reunirse con ella frente a la puerta; ella le dio una corta explicación y luego de un asentimiento de él, ella desapareció dando zancadas hacia el interior de la casa.

- Un pequeño accidente.- dijo Jasper encogiéndose de hombros ante nuestras miradas curiosas.

Rosalie suspiro, tal vez por la delicada Alice y su ropa o preparándose para lo que vendría próximamente.

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