1.-Comienzo.

¡Dios! Si nos consideras a los vampiros ¡MATAME AHORA!.. Estas aburridas clases estaban acabando con mi buen genio, siempre el mismo blah blah blah viniendo de diferentes profesores, siempre rodeado de mocosillos que fácilmente podría yo hacerlos mi almuerzo, aunque la última vez que aposte esto con Jasper me lleve una buena reprimenda de Edward.. el puede ser muy molesto con su preciado don, siempre hurgando en mi cabeza y sabiendo cada movimiento que hacen mis neuronas, aunque pensándolo bien, ahora que estoy lejos de él siento que tengo privacidad, aunque solo sea en mi cabeza; oh que bien se siente mi mente para mi sola.. aunque él no está muy lejos, solo a un par de salones de distancia de mi, y según lo que me ha dicho puede escuchar a un par de kilómetros de distancia, bueno tendré que preguntarle de ese asunto cuando deje de estar tan tenso, últimamente ha estado malhumorado sin ningún motivo, o por lo menos eso es lo que parece, tal vez sea por Jasper que ve a los niños de la preparatoria como si fuese a lanzarse a sus cuellos en algún momento, y siempre debemos estar alertas; aunque lo entiendo, no es fácil cuando pasas casi dos semanas sin salir de caza y un apetitoso jovencito de mejillas color escarlata te pasa por un lado con el olor de la sangre a escasos milímetros de esa delicada piel humana, con ese palpitar de sus corazones que bombean esa sustancia vital y deliciosa.

- ¡¡¡AL FIN!!! .-Grite cuando sonó la campana que indicaba la hora del almuerzo y me levante de un brinco de mi asiento, sin importarme haber puesto un poquitín de fuerza sobrehumana en mi salto.

Rosalie pasó por mi lado, meneando su cabellera e inundando a los pobres chiquillos de su olor dulzón.

- Que perfume tan delicioso… - dijo una chica baja de largos cabellos negros-.

La seguí haciendo caso omiso a las miradas que se posaban sobre ella, es que como no hacerlo, su figura, su cabello dorado que caía en cascada sobre su espalda, sus ojos cobrizos, su olor, su tono de voz… todo sugería que, exteriormente era la chica perfecta para cualquiera de los pobres chicos y que fuese el centro de la envidia de las chicas del instituto.